Como si de una serie americana, de nombre homónimo a esta entrada se tratara, tras una pausa, un bloqueo temporal o una "pepit mort" he vuelto para dar fe de que tras la muerte hay vida (quien quiera entenderlo como algo literal, allá él). Sé que no tengo muchos seguidores pero como no era mi meta cuando creé este espacio, pues tampoco tengo que preocuparme por dar explicaciones de una cosa u otra. A pesar y a medir de ello, quiero decir algo:
- Las mudanzas ocupan mucho tiempo, dinero y fuerzas.
- Los traslados requieren reestructuración interior.
- Los desplazamientos absorben energía.
- Y los cambios te apartan de la línea recta (que no siempre es lo deseado).
Criando malvas, he estado criando un futuro color malva, y creo que me gusta, volver a la vida, volver a empezar, enfrentarse al cambio de nuevo es una putada pero no puedo evitar ver el morbo colarse por los huecos que quedan entre el estrés, los nervios y la desesperación.
He tenido que decidir el rumbo de mi futuro en un minuto, he sido dueño de mis actos durante un minuto y ahora no hay nada decidido pero todo en juego. No quedan trucos por utilizar, ahora sólo queda dedicarse a hacer pasteles y esperar que gusten.
Hace mucho que una serie no me hace sentir tan bien, hace mucho que decidí no decidir, hace ya varios meses que desaparecí para no ser visto, y ahora he decidido volver a cocinar, a cultivar y a pasearme con pavoneo por el mundo. Vuelvo a decidir el menú y no me preocupa a quien le gusta, Ahora soy el chef y el cliente.
Si tras la muerte hay vida, y pasión, y pasteles y más muerte, que venga la muerte que aquí estoy para volver a decidir yo que no quiero que nadie decida por mí.
Como dice el refranero, que hoy es especialmente sabio: "Cada loco con su tema"