domingo, 11 de marzo de 2012

Recuerdos del pueblo: Currucos

Hay algo en el pan y en toda masa cocinada en general, que me atrae de forma extraña. No sé si es que los hidratos de carbono están sustituyendo en mi dieta a la grasa, siempre exceptuando al chocolate, pero no puedo evitar sentirme atraído por este tipo de alimento que en cualquier cultura es básico. En Europa hablaríamos del pan con harina de trigo fermentado.

Yo sin pan no puedo comer, de hecho, puedo comer solo pan aunque no sea muy recomendable, por aquello de la dieta variada. Y en mi obsesión (sana, por supuesto) por el pan y todas sus derivadas, me encontraba melancólico cada vez que me acordaba de una variedad de pan que, creo, sólo lo he  visto en mi pueblo y alrededores, el pan de aceite (receta que requerirá una entrada independiente) y una variante muy cercana que son los "Currucos", como se llaman allí, no sé si en otro lugar se denominan de otra forma, o si tan siquiera existen, pero para mí siempre responderán a este nombre.

Tras buscar recetas y experimentar varias veces en casa, he logrado encontrar la elaboración más cercana al original, y que cumple con los requisitos de mi paladar. Ayer me dediqué a hacer unos pocos. He aquí unas fotos.


Pues la receta es muy sencilla:

- 300 g. de harina.
- 90 g. de aceite (yo prefiero de oliva que da un sabor fuerte pero agradable)
- 130 g. de agua.
- 15 - 20 g. de levadura deshidratada (de panadero por supuesto).
- 1/2 cucharada de sal.

Se amasa todo muy bien y energicamente, porque las masas que contienen algún tipo de grasa no queda completamente homogénea a la primera, hay que trabajarla muy bien. Se deja reposar una hora o hasta que doble su tamaño, se vuelve a amasar para extraer el aire de la primera fermentación y a partir de aquí ya podemos jugar con nuestro producto. Me explico, podemos añadir otros ingredientes que le den vida a nuestra masa como pueden ser semillas o frutos secos (que es la opción más usual).

Yo ayer añadí pipas de girasol peladas y crudas (es importante que estén crudas porque al pasar por el horno se pueden cocinar demasiado si ya están fritas), tras volver a amasar y conseguir que las pipas quedaran integradas perfectamente en la masa, hice unos bastoncillos de masa que iba dejando reposar sobre las placas de horno, bastoncillos de 1 cm de grosor y 15 de largos. Por último les añadí unos granos de sal gorda para que se quedaran pegados a la superficie.

Al volver a dejarlos reposar una media hora o 40 min. aumentan su tamaño y es cuando los introduje al horno. Yo los dejé aproximadamente 20 min a 180/200 ºC, pero bueno, eso lo decidiréis en función de lo tostados y crujientes que queráis vuestros snack.

Esto en mi pueblo (pero sin semillas y sin granos de sal gorda) se llaman "Currucos" y puedo presumir de que todos los que los han probado les han gustado. ¿Será verdad eso que me ensañaron a base de suspensos de: "menos es más"?  Aunque añadiría, para este caso y citando a otro de los grandes "más con menos".
 


Espero que lo intentéis, porque es muy divertido hacerlos y el resultado durar varios días (si no acabáis con ellos rápidamente), siempre es bueno un pequeño snack cuando te pica el gusanillo del hambre, y no siempre apetece algo dulce.

sábado, 10 de marzo de 2012

Un mundo por descubrir

Hace mucho que tengo esto abandonado y no es porque esté muy ocupado, ni porque lo considera una pérdida de tiempo, simplemente consideraba que no ocurrían cosas interesantes en mi día a día como para ser narradas a los demás, pero cuando miro atrás y veo la fecha de la última entrada descubro que sí me han pasado muchas cosas, que mirándolo con perspectiva el día a día siempre es emocionante, incluso para un agorafobico sociópata alérgico a la luz solar (que por suerte no es mi caso, que soy claustrofóbico, sociable y vespertino).

Es por esto que decido retomar mi blog, para convertirlo en Web en un futuro y reorientarlo al mundo profesional, como no, al mundo de la gastronomía-repostería. Desde hace ya mucho tiempo tengo claro (junto a mi marido) que volveremos del exilio donde, por otra parte, tampoco se está demasiado mal, para trabajar y crear alguna empresa en España, y por supuesto queremos orientarla a ese mundo tan placentero y que tantas alegrías dan como es la venta de alimentos preparados y artesanos, dulces, salados y divertidos. Creo que puede tener futuro y además siempre me ha encantado, porque si para estudiar arquitectura me convencí a mi mismo diciendo que me gustaban las matemáticas y el dibujo, ¿porqué no puedo hacer ahora lo mismo diciendo que soy bueno con la cocina en general y además soy creativo? Espero que no me pase como cuando entré en la facultad de arquitectura, donde me dí cuenta que todo lo que yo pensaba era mentira, me demostraron que no tenía ni idea de dibujar y las matemáticas me fueron fatal durante años.

En fin, que quiero retomar este blog para ver qué aceptación pueden tener las recetas que preparo durante la semana y que actualizaré aquí cada viernes (día arriba, día abajo). También quiero dejar claro que me gustaría que me mandarais alguna receta que hayáis visto por ahí, que os gusten y que queráis ver si es posible hacer, o es todo una falacia del mundo culinario de revista, vamos a desmontar mitos y ha convertir las recetas de alta cocina en recetas para disfrutar en casa, manchándonos las manos y equivocándonos, que tampoco pasa nada por acercar la repostería de postín (o gastronomía en general)  al pueblo llano (que somos más).

Y como anticipo, estas dos cajitas de galletas de mantequilla, según mis "catadores" están buenísimas.



El refranero me acompaña en esta aventura con su sabiduría:
"Comamos y triunfemos, que de esto ganaremos"