Galletas de mantequilla:
Los ingredientes están al alcance de cualquier despensa:
125 g. de mantequilla
1 huevo
250 g. de harina (doble de harina que de grasa o mantequilla)
125 g. de azúcar
1 pizca de sal
Canela en polvo y la ralladura de una naranja (opcional)
La proporción entre gramos y unidades de medida de “andar por casa” es la siguiente, podemos asemejar una cucharada sopera de azúcar o de harina como 25 gramos. De todas formas, esta aproximación solo es recomendable cuando tienes un poco más de soltura en las cantidades.
Primer paso: derretir ligeramente la mantequilla hasta que quede pastosa (20 segundos en el microondas), agregar el azúcar, el huevo y la sal. Cuando esté todo hecho una pasta homogénea, agregar harina poco a poco. Quedará una masa manejable y que no se pegue en las manos.
Segundo paso: espolvorear harina sobre la tabla de trabajo, y empezamos a amasar y extender.
Tercer paso: se cortan las galletas con las formas que queramos y las ponemos en una bandeja de horno sobre papel parafinado. Espolvoreamos un poco de azúcar sobre ellas y las metemos en el horno a 180º durante 15 minutos o hasta que las veamos doradas.
Consejo: si apartamos un poco de masa inicial, le podemos agregar ralladura de naranja y un poco de canela en polvo para darle un toque más personal, así tendremos galletas de canela con un toque ácido muy interesante.
Yo soy un firme defensor de esta cocina para picar o para comer entre horas, sabemos quien y como se ha hecho, es un crujiente y dulce homenaje que nos damos de vez en cuando, además de un enérgico tentempié. A veces, suelo merendar tarde unas galletas de estas con un zumo o una infusión y cuando llega la hora de cenar no me apetece, así que decido descansar e irme a la cama.
Si es que ya lo dice el refrán "Quien no come por haber comido no tiene nada perdido"
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