domingo, 18 de abril de 2010

Sorpresa de abril

Hace poco me presenté en la casa de una amiga mía para tomar un café y charlar de cualquier cosa que nos entretuviera, cuando llegué vi que su madre estaba deshojando uno a uno los brotes verdes y más tiernos de una verdura que no había visto nunca antes.


Resulta que la madre de mi amiga tiene la buena costumbre de pasear por el campo y hacer ejercicio mientras va recolectando brotes de una hierba nueva para mí, las llamadas COLLEJAS. La verdad es que me apasionan las verduras y este descubrimiento para mí fue una grata sorpresa:

Según la RAE: “Hierba de la familia de las Cariofiláceas, de cuatro a ocho decímetros de altura, con hojas lanceoladas, blanquecinas y suaves, tallos ahorquillados y flores blancas en panoja colgante. Es muy común en los sembrados y parajes incultos, y se come en algunas partes como verdura.“

Es decir:


Tras probar por primera vez las collejas pensé: ¡Qué pena que esto sólo se puede degustar en lugares apartados y que sea considerado un alimento para gente con pocos recursos económicos!, porque es la verdura (de las que se consumen únicamente sus hojas cocinadas) más suave que he probado, tiene una textura delicada, y se deshace en la boca, tiene un ligero sabor amargo pero nada que ver con las espinacas o acelgas, mucho más fibrosas y de sensación áspera.

Modo de preparación:
Se separan las hojas y los brotes más tiernas de los tallos (que se desechan) para hervirlos durante aproximadamente 15 ó 20 min, en abundante agua con sal. Una vez escurridas sólo queda prepararlas al gusto:

Tortilla: desde que descubrí las Collejas, he hablado con muchas personas mayores para comentarles mi sorpresa, y resulta que muchos de ellos dicen que las tortillas de collejas son "las mejores tortillas del mundo." Supongo que existen muchas variantes para cocinarlas, con sal y pimienta, con un poco de ajo frito o simplemente mezclada con el huevo como hice yo.

Ensalada: yo he probado esta otra forma de hacerlas que me gustan más porque se aprecia la textura de la hoja cocida y la sensación de suavidad. Únicamente con aceite, sal y un poco de limón.

En cocidos y guisos: por supuesto es un perfecto sustituto para las acelgas que aunque me declaro firme defensor de estas hojas de color intenso, pueden tener un resultado más agradable para los que no soportan las verduras fibrosas.

Solo puedo decir que es una pena haberlas conocido tan tarde, ya que en abril estas plantas florecen al igual que las acelgas, las espinacas y los cardos, dejando de consumirse durante un tiempo porque resultan amargas y desagradables al paladar.

Si es que ya lo dice el refrán: “Si quieres ver a tu marido morir dale cardos en abril”

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